· Los socios comerciales
quieren vendernos más y comprar
menos. “No hay razón”, dice
· Urge una ley interna que
prohíba la rehidratación de la leche para comercializarla como leche fluida y
otros usos
Los Tratados de Libre Comercio
que México ha firmado, siempre se nos
dice que nos permitirán alcanzar mayores tasas de crecimiento económico, más
altos niveles de bienestar para los mexicanos y la realidad es que solo ha
resultado una trampa con ideas seductoras -y ahora con el TPP en trámite—nos
espera más de lo mismo, los beneficios del desarrollo económico en favor de los
ricos, con la creciente pobreza de los productores y población mexicana, dijo
el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche,
Álvaro González Muñoz.
Sin distinción, apuntó,en
entrevista, “los socios comerciales nos quieren vender más y comprar menos”.
Esta es la premisa y razón de que la producción sea deficitaria, y reiteró que
“estos tratados son la causa del sacrificio de la producción de leche en
México”.
Los resultados están a la vista,
el modelo actual no ha reencontrado el crecimiento sostenido que la economía
mexicana había experimentado bajo el modelo económico anterior en el sector
lácteo como ejemplo presentaba crecimientos superiores al 10% anual.
Tenemos que ver con preocupación
que vamos en sentido contrario, la lucha contra el hambre, donde participan
varias dependencias federales y gobiernos estatales. “Lamentablemente, sea el
programa con mayor éxito en el aumento de su padrón, al que los productores de
leche de continuar así no tardaremos en solicitar la incorporación”.
La leche es uno de los productos
más sensibles en materia de intercambio comercial. México debe tener su propio
ritmo y estrategias, para encontrar mejores resultados, rechazar los dogmas
neoliberales para no continuar
convirtiéndonos en el basurero agroalimentario de los países
desarrollados.
Y por otra parte, está la
presencia en nuestro país de una gran parte de industrias, que han venido
modificando la dieta de los mexicanos a través de la alteración de los productos puros,
aprovechando que nadie se hace responsable de garantizar que no se engañe a los
consumidores con productos similares, las cuales tienen la ventaja de poder
importar directamente incluso con el riesgo de la calidad y la sanidad.
Es indudable que la industria
láctea ha sido beneficiada en grandes
proporciones. Ellos están satisfechos y muy contentos, pero para más de 500 mil
pequeños y medianos productores ha sido la tumba ya que les fue imposible
superar las importaciones, que en su mayoría provocaron la sustitución de leche
por suero, quesos rellenos con harina y
grasa vegetal y otras porquerías, derivado del retiro de la intervención
gubernamental que dio paso a la privatización del mercado lácteo nacional.
Los tratados comerciales, imponen
la incorporación directa de los 148 mil productores sobrevivientes que
actualmente están fuera del mercado con el propósito de blindar su existencia,
hoy amenazados por la guadaña.
Consideramos que debe emprenderse
una revisión a fondo de la política económica del sector lechero del país,
donde es obligado ordenar el mercado interno, se impida la rehidratación de la
leche en polvo, se pinten las fórmulas lácteas o productos lácteos de un color
diferente al de la leche, se exija que
en la etiqueta se diga el lugar de origen del producto, se aplique un impuesto
a los productos que no sean genuinos.
Bajo condiciones de competencia
con equidad, los productores nacionales somos competitivos, en virtud de
que. “Entregamos a las marcas más
prestigiadas del mundo leche fresca, auténtica y pura de vaca”, puntualizó González
Muñoz.
La empresa LICONSA es muy
importante para el sector lácteo nacional, por un lado para los pequeños y medianos
productores, porque adquiere más de 700 millones de litros anuales de más de 11
mil pequeños y medianos productores a un precio $6.20 por litro, que aunque no
es el que necesitamos, si es mejor que el que pagan muchas empresas.
Y seguiremos insistiendo con
el actual y el nuevo congreso de cara al
presupuesto base cero para que programas sensibles como los relacionados con la alimentación y la generación de
empleos que es el caso de LlCONSA sean apoyados con los recursos suficientes
para que se cumpla el compromiso con los productores de adquirir toda la leche
que requieran para su programa de abasto social de producción nacional. Lo que
significaría dotar de recursos necesarios para que aumente la compra de leche a
productores nacionales de poco más de 700 millones en 2015 a 1050 millones de
litros de leche en el 2016 lo que conllevaría a la generación de 5000 empleos
bien remunerados.
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